El procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez, calificó de lamentable la sequía por la que está atravesando el país, por lo que aseguró que esto requiere de medidas urgentes.
Para el jefe del ministerio público es claro que desde hace meses y en repetidas ocasiones han venido advirtiendo “los correctivos que pudieran atemperar los episodios que hoy estamos viviendo”.
Para ello aseguró que “desafortunadamente muy pocas fueron las autoridades locales que hicieron caso a las advertencias de la procuraduría”.
Aseguró que inclusive el pasado martes “reiteramos tanto a los diversos ministerios concernidos en el tema ambiental, como a las autoridades municipales”.
Para ello advirtió que este tipo de actuaciones “tienen la consecuencia que todos conocemos en materia de incumplimiento de deberes” pero resaltó que “lo más doloroso son las consecuencias humanas, las afectaciones a los derechos colectivos, las tragedias familiares y ambientales, que se hubieran podido atemperar si bien es cierto que frente a los desastres de la naturaleza la actividad humana queda hasta cierto punto indefenso pero hay ciertos efectos que pudo haber atemperado dichas consecuencias”.
La advertencia se la hicieron a los 1100 alcaldes del país.
Igualmente frente al caso de la ciudad de Santa Marta, respecto a que se encuentran celebrando las fiestas del mar, pese a estar enfrentado un problema de desabastecimiento de agua, el jefe del ministerio público indicó que “las advertencias y los acompañamientos los hemos realizado, en dichos aspectos la procuraduría tiene funciones que están limitadas”.
“Nosotros no podemos coadministrar, nosotros advertimos, señalamos, logramos articular los diferentes órganos públicos para lograr que las políticas públicas puedan ser satisfechas y que los derechos publico puedan ser colectivos, sociales, económicos, y sociales, culturales y económicos queden a salvo”, precisó.
Sin embargo agregó que el omitir las respectivas funciones “es indudable que las consecuencias que en materia disciplinaria se puedan derivar, son consecuencias de las inadvertencias en el cumplimiento de los deberes funcionales”.
Ordoñez explicó que es “indudable que no pretendemos desplazar a los órganos de la administración pero los órganos de la administración deben cumplir con eficiencia y eficacia las políticas públicas y sus deberes funcionales”.