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Los 10 pecados del Gobierno con el paro agrario

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Ricardo Sánchez Rondón, presidente de Unaga (Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas de Colombia), hace un contundente llamado al país y recuerda que, contrario a lo que se ha venido diciendo en las columnas editoriales, su gremio SI ha venido alertando sobre la situación de la ganadería y el campo y ha sido propositivo en presentar al Gobierno Nacional soluciones estructurales que hasta la fecha no se han implementado.

Estos son los 10 pecados que ha cometido el Gobierno y que debe tener en la mira el nuevo ministro de agricultura.

1. Desconocimiento de la realidad del campo.

El mejoramiento de un Estado empieza a partir de la voluntad para asumir la realidad. En diferentes escenarios y con un único discurso a través del tiempo los gremios del sector pecuario han expuesto las dolencias del campo y han anunciado los riesgos y los peligros de dicha situación. Más aún Unaga ha sido un juicioso proponente de medidas de orden estructural en el entendido que solo la modernización y la reconversión son el único camino a fortalecer nuestro sector.

2. El Gobierno ha sido rehén de la frivolidad.

Son varios años en donde los gremios del sector pecuario se han manifestado en el Palacio de Nariño, en el Congreso de la Republica, en los diferentes ministerios, en los medios de comunicación, mostrando una realidad ignorada frente a la cual el Gobierno Nacional es rehén de la frivolidad, estando siempre detrás de la promesa y nunca de frente a las causas, escondiéndose detrás del cómodo cobijo de la actitud indiferente.

3. El Gobierno se concentra en lo complementario y no en lo estratégico.

La línea de pobreza de la población rural, la falta de infraestructura, la tasa de cambio, las condiciones sanitarias y fitosanitarias, los tratados de libre comercio, las asimetrías entre transformadores y ganaderos, la necesidad de un desarrollo científico y tecnológico para el domino del conocimiento, la innovación como instrumento de productividad, la estructura de costos, la asociatividad, el desconocimiento de las regiones ganaderas y de los cambios experimentados en la ultimo década, entre otros, son temas estudiados y frente a los cuales se han presentado alternativas estructurales de solución. Sin embargo, un gobierno concentrado en lo complementario y no en lo estratégico, no atiende el estudio juicioso.

4. Creer que la única solución es la restitución de tierras.

Un Gobierno concentrado solo en la restitución de tierras se olvidó que el crecimiento del sector se da prioritariamente con el incremento de productividad, por encima de la incorporación de nuevas áreas.

5. Creer con fe ciega en los tratados de libre comercio.

Un equipo de Gobierno totalmente ligado al análisis neoclásico que ha fracasado en la producción agropecuaria con políticas orientadas a cumplir con mitos de libre comercio sin la implementación de medidas de seguridad alimentaria y que no quiere entender que un libertinaje comercial y cambiario que pone los precios de los bienes de mayor demanda por encima de los internacionales, es una afrenta a la modernidad, al empleo y a la armonización social.

6. No corregir las inequidades

Un Gobierno que no atiende estrategias de productividad y de reconversión consideradas no solo desde la órbita de lo productivo, sino desde la incorporación de la población productiva, con los medios y subsidios que sean necesarios en tanto se fortalecen estas posibilidades. El paro agrario ratifica lo siempre dicho por el gremio: debemos retomar la senda del fomento a la producción regional, sostenible, equitativa y competitiva y esto demanda subsidios fructíferos en bienes públicos, que además de incidir en la productividad, corrijan las inequidades.

7. Politizar el sector

Las realidades locales obligan a una aplicación especifica de los instrumentos de la política sectorial, de manera concertada con los órganos públicos y privados, pero por sobre todo despolitizando el sector.

8. No atender las necesidades de los pequeños productores.

Los mercados de tipo social deben ser atendidos por el Estado comprando la leche a los pequeños productores siendo deseable que ellos tuviesen su propia entidad de mercadeo social, programas de esta naturaleza muestran las posibilidades y la viabilidad de crecer, pese a las inestabilidades del mercado. Esta propuesta no nació de las angustias del Gobierno frente a la búsqueda de soluciones al paro agrario, es una propuesta manifestada de manera repetitiva en la Junta del Fondo de Estabilización de Precios y en La Junta del Fondo Nacional del Ganado, pero siempre se encontró la talanquera de un Instituto Colombiano de Bienestar Familiar que frustraba la posibilidad de desarrollarse con posiciones urbanistas y caprichos de entorpecimiento sin un Gobierno con posiciones vehementes frente a la urgente necesidad.

9. Reducir el presupuesto

Hemos tenido un Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural deambulando solitario y afrontando tristes intenciones de reducción presupuestal frente a un sector que necesita de un trabajo interministerial.

10. Ser rehén de la indiferencia.

La política no puede sostenerse mediante visiones apáticas que se desprenden de toda responsabilidad. Los costos de la indiferencia provocan discontinuidad e inestabilidad demostrando la gran capacidad para impedir cambios y reformas, costos que pagan la mayoría por omisiones de una minoría que no tienen la visión constructiva de la economía del campo.

Ricardo Sánchez Rondón, presidente Unaga.


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