El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, recibió en Cali a un grupo de 30 guerrilleros desmovilizados del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que entregaron sus armas, a quienes les ofreció “la mano generosa” de la sociedad.
Santos se trasladó a Cali expresamente para recibir a los guerrilleros, entre ellos ocho mujeres -tres de ellas embarazadas-, que vestidos de militar, con el rostro cubierto y con brazaletes del ELN formaron frente al mandatario en el Batallón Pichincha de la capital vallecaucana.
“Esta es la desmovilización más grande que se ha hecho de esa organización (ELN). Nunca antes habíamos tenido un grupo tan grande de desmovilizados”, dijo el presidente ante los ahora exguerrilleros y decenas de militares.
En su mensaje de bienvenida, Santos elogió al jefe del grupo, conocido como “Comandante Tigre”, de quien dijo que de ahora en adelante será “el señor Collazos”, por tomar la decisión de deponer las armas.
Sostuvo que la paz es el objetivo de su Gobierno y que si los miembros del ELN y de las FARC quieren seguir luchando por sus ideales que lo hagan, “pero sin violencia, sin armas y que tengan la oportunidad de reintegrarse a una sociedad que los acoge con generosidad”.
El ELN ha reiterado en los últimos meses su voluntad de iniciar una negociación de paz como la que el Gobierno lleva a cabo con las FARC en La Habana, pero Santos exige que entreguen antes a todos los secuestrados que esa guerrilla tiene en su poder.
Los desmovilizados entregaron material de guerra que tenían en su poder, tales como una ametralladora, un lanzagranadas, fusiles, granadas de mano, municiones y equipos de comunicaciones.